No es un secreto que el sector de la salud en Colombia atraviesa una de sus peores crisis. En el último año, la SuperSalud ha intervenido la Nueva EPS, Sanitas, Savia Salud, Asmet Salud, Emssanar, Famisanar y S.O.S de Comfandi; además de que EPS Compensar y EPS Sura han solicitado retiro voluntario. Sin embargo, lo que resulta realmente incomprensible es el inquietante silencio de los contadores públicos vinculados a estas entidades: ¿dónde están los contadores públicos que nunca advirtieron nada irregular?
Con ocasión del escándalo de corrupción conocido como “Centros Poblados” expresé la misma preocupación; hoy lo vuelvo a repetir: ¿dónde están los profesionales contables que, por mandato legal, deberían velar por la transparencia y veracidad de la información financiera?
En toda EPS operan dos contadores públicos con responsabilidades legales: uno encargado de llevar la contabilidad, preparar los estados financieros y certificarlos junto con el representante legal, declarando que se han verificado previamente las afirmaciones explícitas e implícitas contenidas en ellos; y otro, el revisor fiscal, con la responsabilidad de dictaminar los estados financieros, expresando su razonabilidad con base en un conjunto de aseveraciones para generar confianza en los inversionistas, el Estado y la sociedad en general.
Pero el silencio de dichos profesionales es más que preocupante; es una falta de responsabilidad que raya en la complicidad.
Los contadores públicos, con su formación y acceso a la información, deberían ser los primeros en encender las alarmas cuando las finanzas de una entidad se tambalean. ¿Por qué, entonces, no hemos visto informes, advertencias o siquiera un comentario de su parte sobre la situación de las EPS antes de que llegaran a este punto de intervención y liquidación?
La respuesta podría estar en una mezcla de desidia profesional y miedo a las repercusiones. Sin embargo, esto no exime de responsabilidad a quienes, por ley, deben asegurar que las finanzas de las entidades se manejen con la transparencia necesaria. Los contadores y revisores fiscales deben entender que su rol no es solo técnico sino también ético y de servicio público en este sector de la economía.
En tal sentido hago un llamado a mis colegas contadores para que tomen conciencia de la gravedad de la situación. Su trabajo no se limita a llenar de números el proceso contable y la opinión de los estados financieros; también tienen la responsabilidad moral de contribuir a la estabilidad y transparencia del sector salud. Su silencio y falta de acción no solo afecta a las EPS, sino a millones de colombianos que dependen de un sistema de salud confiable y eficiente.
No se trata solo de cumplir con una obligación legal, sino de asumir un compromiso con la sociedad. Los contadores públicos deben ser parte activa en el proceso de vigilancia y control de las entidades de salud. Deben tener la valentía de denunciar irregularidades y poner en conocimiento de las autoridades cualquier situación que comprometa la viabilidad financiera de las EPS.
Es hora de que los contadores públicos salgan de las sombras y asuman su papel con la seriedad y responsabilidad que la situación demanda. Solo así podremos empezar a restaurar la confianza en un sistema de salud que, hoy por hoy, tambalea peligrosamente.
Por otra parte, es justo preguntar: ¿y qué ha hecho la Junta Central de Contadores como Tribunal Disciplinario del ejercicio profesional de la Contaduría Pública? Porque no es necesario que le llegue una queja para proceder; la ley 43 de 1990 le faculta para investigar de oficio. Es decir, la función del Tribunal Disciplinario debe ser proactiva y no reactiva para garantizar que la profesión sea ejercida por contadores públicos idóneos y éticos.
En este contexto, también hay que pedir las mismas explicaciones a los contadores públicos de las empresas relacionadas con el escándalo de la Unidad para la Gestión del Riesgo de Desastre, junto con los funcionarios de las áreas de control interno. Porque, de no haber sido por algunos periodistas que llevaron a cabo las investigaciones con esmero, nunca se hubiera descubierto ese esquema de corrupción que, sacando las cuentas a mano alzada, ya va sumando más de $5 billones.
Y como dijo el filósofo de La Junta: «Se las dejo ahí…” @LColmenaresR
A la verdad es muy lamentable que una compañía como esta,tome decisiones, debido a la mala administración del gobierno, yo les pido que vayamos una milla más y que permanezcan de pie, porque tengo la certeza que algo a su favor sucederá.
Para mi ha sido doloroso saber la decisión que están tomando. Pero les pido que no desmayes, sigan de pie.
Totalmente de acuerdo Luis Alonso. Se debe exigir que rindan cuentas a la sociedad, no es posible que sigamos teniendo unos entes de control que que ejercen su funciòn.
Sin lugar a dudas una situación inquietante y que no admite justificación alguna por parte de los profesionales de la Contaduría pero mi ignorancia pregunta: estos profesionales están formados para ejercer tal responsabilidad a la luz de la norma?; pensaría que en la academia hace falta al igual que en la persona más que literatura, es eso, FORMACIÓN. Si se observa detenidamente, en la mayoría de las empresas este es el menos pago, el poco consultado, el del rincón y se ha sometido así mismo a ejercer según los intereses y criterios de propietarios y administradores, generando una autoestima deplorable, convirtiéndose en conformista porque, si él no lo hace, hay una fila interminable afuera dispuestos a someterse…sólo observemos la cantidad trabajando como “INDEPENDIENTES”, llevando contabilidades a muchos por $500.000,oo pesos y haciendo de todo para complacerlos y se llenan el ego de tener 10 o 12 clientes y con eso se sienten bien cada mes.
Sin pretender justificar, es una lista interminable de situaciones desventajosas para el profesional pero que deja de lado lo que usted dice, la responsabilidad sobre todo social.
Es una lucha nada fácil, un tema que tiene mucho de largo y de ancho…FELIZ DÍA mi estimado colega, paisano y amigo.
De acuerdo mi apreciado colega con su columna, desafortunadamente a muchos colegas carecen de ética profesional, un fuerte abrazo colega.
Excelente, colega. Continúe sus críticas. Los contadores se han convertido en firmones por las consecuencias que producen cualquier denuncia en el sector estatal, donde los «interesados» en el manejo pulcro de las finanzas son los mismos que se reparten el botín presupuestal. Algo hay que hacer, como por ejemplo, una ley de protección laboral para quien denuncie dichos chanchullos.
lo que pasa es que esas Empresas han solicitado el retiro voluntario para presionar al Congreso de la republica para reabrir la discusion de reforma a la salud ,por el gobierno les prometio que les paga la administracion ,todos sabemos que la administracion en todo contrato esta en 8% y les esta ofreciendo el 10% osea el ofrece uin 2% de imprevistos que viene hacer un VEINTE PORCIENTO DE UTILIDAD donde ellos tienen problemas economicos , lo que esta visto es que que las EPS nunca apoyaron a la derecha ,las Eps ellos ya estaban con PETRO desde CAMPAÑA de este señor ,parece ser que la unica que no andaba con este señor PETRO era CONSANITAS en la cual es catalogada como su enemiga ,enemiga de este Gobierno
Siempre me he hecho esa pregunta, ?porque casi nunca investigan el área contable y financiera de las entidades con hechos comprobados de corrupción?, está claro que hay un tape tape del contador y su equipo, pero pienso sin justificarlo que si denuncia lo despiden, fuera de las amenazas que pueda recibir él y su familia. Pueda que no se haya beneficiado con los actos de corrupción, pero se hace el de la vista gorda y sigue recibiendo sus honorarios. No se si hay una norma que proteja laboralmente a quienes denuncian hechos de corrupción.
Esta es una realidad vivida y sentida, nuestra profesión se volvió un requisito y no un garante ante la sociedad, inversionistas y el estado como profesionales que dan fe pública, trabajemos en el crecimiento profesional y ético de cada uno de nuestros colegas, no es solo una tarea de la instituciones educativas, también somos moralmente responsables como colegas de fortalecer nuestro perfil.
Muy buena columna, invitación a seguir reflexionando.